Un camino para la vida
Por Dannalice Anza
El
mundo pareciera estar en colapso social, económico, político, ambiental. La
pandemia ha ocasionado algunos beneficios para el ambiente, como también ha
tenido un impacto negativo atentado contra la biodiversidad y la economía familiar.
El cambio climático cada vez es más evidente, la pérdida de la biodiversidad, la
perdida de los suelos y de las superficies de hielo se evidencia de una forma
acelerada. Las personas afectadas por el cambio climático cada día son más y numerosos
grupos sociales vulnerables aumentando aceleradamente la desigualdad social
complicando los esfuerzos por poner fin a la pobreza.
Estamos
en un punto en la historia de la energía dónde nuevamente se encuentran dos tendencias,
dos caras de la misma moneda por un lado
están los que siguen apostando por las energías fósiles considerada como una
energía “sucia” por otro lado se encuentra los que impulsan una energía verde o
“limpia”, que son las más sostenible con el ambiente y contribuye con los retos
actuales ambientales como también al equilibrio del ecosistema.
A
pesar de esto muchas personas de todo el mundo están tomando acciones para
revertir algunos impactos perjudiciales en el ambiente como también para mitigarlos.
El día mundial de la Madre Tierra es un gran momento para seguir reivindicando todas
estas luchas que no es más que la lucha por la vida del presente pero también
la continuidad de todos los seres vivos y la especie humana.
Nuestra
generación juega un papel estelar y sobre nuestros hombros tiene el peso de revertir
los daños y los impactos negativos en las decisiones equivocadas de los líderes
del mundo. Somos una generación de retos y para la preservación de la vida, el
día de la Madre Tierra de este año entra en vigor uno de los acuerdos más importantes
multilaterales que ha sido fruto de luchas consecuente de muchas organizaciones
sociales de la América Latina y el Caribe, nos referimos del acuerdo de Escazú que
representa un espacio donde los Estados Latinoamericanos se comprometerán a
cumplir el tratado regional sobre El Acceso a la Información, la Participación
Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el
Caribe; esto ha resignificando la lucha, organización y solidaridad de los pueblos
hermanos.
Hoy sigue
siendo un día para celebrar porque es el primer paso para preservar nuestras
selvas, océanos, ríos, montañas, nuestro hábitat y desde la acción comprometernos a no convertir
este momento histórico como es de
costumbre en cumbres y reuniones de estados que sirven para promulgar tratados
de letra muerta.
Nos
quedan grandes retos y seguir trabajando la esperanza desde las acciones
individuales y construir formas de participación colectivas que sume a la preservación
de la vida, afirmando que “una acción local, tiene un gran impacto mundial”.
Dannalice Anza
Dayalice Anza