martes, 30 de noviembre de 2021

Casas de tareas dirigidas: una alternativa para mitigar el rezago escolar, afirma ONG


La ONG Un Estado de Derecho (UED) puso la lupa sobre las casas de tareas dirigidas que funcionan en Petare, en donde estiman que existan más de 100 de estos locales, con el fin de observar su potencial como alternativa educativa para atacar el rezago escolar en Venezuela.

Para la organización, estas casas -más allá de asistir en la realización de las actividades escolares- trabajan en las áreas que los niños no han logrado aprender en el sistema educativo formal: leer, escribir, sumar, restar y otras competencias que se desarrollan en los primeros años de estudio, pero que no están siendo alcanzadas debido a la falta de profesores, la escasez de recursos en las escuelas, la calidad del pensum y otros elementos de la crisis del sistema educativo.

Y aunque las tareas dirigidas no son nuevas en el país, ya que las maestras reforzadoras existían desde mucho antes de la crisis en Venezuela, estos centros pedagógicos, como también puede llamarse, cobraron especial relevancia desde que las escuelas cerraron sus instalaciones y modificaron sus cronogramas de asistencia debido a la pandemia de COVID-19.
El refuerzo doméstico

“El tiempo que yo dedico a mis niños en las escuelas es muy corto. Los veo dos veces por semanas y son 15, pero en las tareas dirigidas puedo estar más momentos con cada uno: los veo cuatro días a la semana y la población es más pequeña”, explica Ana Milena Muñoz, docente de 4to grado en una institución formal y también da clases de tareas dirigidas en su casa, en el Barrio Unión de Petare.

Ana Milena fundó la casa de tareas dirigidas «Doña Nena», en honor a su madre, en marzo de 2020, luego de que decretaran la cuarentena en Venezuela. En ese momento atendía a cuatro niños, pero ahora atiende a 15 estudiantes de su comunidad, quienes asisten a su casa, luego se ser evaluados para conocer cuáles son necesidades.

“Me he conseguido con niños de 3er grado que no suman, que no restan, que no leen, ni siquiera silábicamente, y otros de 5to y 6to grado que no saben tomar dictado o no tienen destrezas para multiplicar. Ellos deben dominar las multiplicaciones por dos y tres cifras, las operaciones básicas con números decimales, las fracciones y mucho más”, cuenta Ana Milena.

En esas horas de tareas dirigidas se empeña para los alumnos de primaria, efectivamente, aprendan a leer, escribir, que tengan buena ortografía y que dominen las operaciones básicas de matemáticas (sumar, restar, multiplicar y dividir). En cuanto a los estudiantes de bachillerato, «las actividades son más amplias» y al principio, si es necesario, se suele reforzar, diariamente, las operaciones de multiplicación, división, lectura en voz alta, dictados».

Según su criterio, la evolución de aprendizaje en estos espacios domésticos es más notoria. Además, según el testimonio de Fany Liendres, otra profesora de primera que también dicta tareas dirigidas en Petare, los estudiantes están desatendidos en las aulas y poco a poco han perdido el hábito de permanecer sentados, de asumir responsabilidades, de prestar atención durante varias horas.

“Nosotros tratamos de inculcar en los niños la curiosidad, la imaginación, la creatividad. Estamos enseñando para la vida”, sostiene Ana Milena. 

Así se promocionan las casas de tareas dirigidas en Petare. Foto Cortesía: Un Estado de Derecho.

Frente a esto, los investigadores de Un Estado de Derechos (UED), apuntan a que se estas iniciativas pudieran convertirse en micro-escuelas de bajo costo para beneficiar a las familias de escasos recursos, a quienes la escolarización dejó de garantizarles educación de calidad, y los a los docentes de zonas populares que podrían igualmente sumarse y generar ingresos con las clases particulares.

“No son exactamente maestras que dan tareas dirigidas o un reforzamiento puntual al aprendizaje formal, sino docentes emprendedoras que han creado sus microescuelas o centros de desarrollo pedagógico, como les gusta ser conocidos. Así atienden y educan, a los niños de la zona”, explicó Antonio Canova, director de esta ONG.

Según Canova, este es “un fenómeno educativo que está surgiendo, que ha brotado, que apareció sin planificación, es un proceso espontáneo”, en donde los más pobres se están educando a sí mismos. “Y no es que estén solo ‘resolviendo’ para entretener a los niños este tiempo sin escuelas formales, es que están aplicando soluciones naturales, efectivas, deseadas por todos los involucrados”, para contrarrestar el impacto de la baja calidad educativa en la red pública.
Antecedentes

La idea de observar este fenómeno está inspirada en el trabajo de James Tooley, profesor de emprendimiento educativo y de política educativa en la Universidad de Buckingham de Inglaterra, quien a principios del siglo XXI identificó que frente a la baja calidad educativa en países de Asia y África, y el alto costo de las escuelas privadas certificadas, las familias más pobres recurrían a escuelas locales privadas de bajo costo, las cuales eran atendidas por sus propietarios en casa sencillas, en lugar de ir a las escuelas estatales.

Allí, según pudo conocer Tooley, les ofrecían más efectividad que las escuelas públicas, siendo casi tan económicamente accesibles como las tradicionales y convirtiéndose en un fenómeno ampliamente extendido. Como dato curioso, Tooley destacada que este fenómeno era tan extendido que hasta Malala Yousafzai, una activista pakistaní que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2014, asistía a este tipo de escuelas.

Siguiendo los pasos de Tooley, UED calcula que en Petare pudieran existir, por lo menos, 100 casas de tareas dirigidas y confirma que muchos padres y representantes hacen el esfuerzo de pagar unos cuantos dólares mensuales por un cupo en estas micro-escuelas, con la intención que sus hijos progresen en su proyecto educativo. Por ejemplo, en «Doña Nena», la casa de tareas dirigidas fundada por Ana Milena Muñoz, el cupo cuesta $3 a la semana.

Además, según Canova, se ha podido identificar que uno de los factores de éxitos de estos emprendimientos pedagógicos es que la atención que reciben los niños y adolescentes es personalizada y bajo una modalidad de “mentorías” que se enfoca en las necesidades de aprendizaje de cada uno, a diferencia de lo que ocurre en los grandes centros de educación formal en donde la mayoría cursa sus primeros años de escolaridad, bajo el resguardo de la promoción automática, sin haber alcanzado los objetivos planteados en cada etapa.

Las maestras se proponen que los niños aprendan a leer y escribir. Foto Cortesía: Un Estado de Derecho.

Además, en estas casas de tareas dirigidas no se utilizan uniformes, se organizan de una forma menos estricta que las escuelas y se encuentran ubicadas en la propia comunidad, los alumnos tienen un trato más cercano con los facilitadores y se reúnen niños de diferentes edades, lo cual, a juicio de Canova, son factores que hacen que sean más felices.

Sin embargo, UED, con la ayuda de un grupo de 12 profesoras, identificó cuatro necesidades en el funcionamiento de estos centros pedagógicos:

  1. Falta de recursos económicos para adquirir herramientas de estudio, como instalar conectividad a internet en los centros de aprendizajes.
  2. Necesidad de una mejor formación docente y actualización, en especial en nuevas tecnologías.
  3. Construir una comunidad o red de contactos en general.
  4. Reforzar el papel de la familia en la educación de sus hijos.

Sin embargo, Ana Milena Muñoz afirma que las maestras de Petare, con las que se ha podido reunión en proyectos como Descargando Futuro y la investigación de UED, no quieren que sus casas de tareas dirigidas sean llamadas como «escuelas privadas», por miedo a excluir a los menos favorecidos. «Como profesoras que vivimos en las barriadas no podemos hablar de la privatización porque hay representantes que no pueden cancelar y eso sería excluir a los niños. Yo tengo 15 estudiantes, pero no todos pagan. A mi me interesa que ese niño avance. No quiero que ese niño deserte de la educación y somos muchos las que hacemos eso”, afirma.

Libertad Educativa

La UED sabe que esto es algo micro, pero que igual en Petare se repite en otras comunidades populares, y afirman que existe la necesidad de cuestionar el papel del Estado como garante de la educación y la urgencia de debatir sobre la posibilidad de que Venezuela camine hacia la “libertad educativa”.

Antonio Canova, abogado y profesor universitario, explica que la idea fundamental de la libertad educativa está basada en que sean los padres quienes elijan la opción más atractiva para la realización del proyecto pedagógico de sus hijos, entre varias alternativas al modelo educativo tradicional que ofrece el Estado.

“Si hablamos de libertad educativa, eso es lo que estamos haciendo nosotras. Atendemos a los niños de acuerdo a sus necesidades y a lo que ellos quieren hacer. Yo tengo niños que dibujan hermoso y a través de eso yo les enseño las letras. Dejo que ellos exploren, participen, colaboren y de esta forma ellos también aprenden”, señala Ana MIlena, quien ha trabajado en UED como parte de la investigación.

Además, según Canova, la libertad educativa favorece el crecimiento de los emprendimientos de este tipo, fomentando las ofertas competitivas, que pueden estar reconocidas y certificadas por el Estado como garante de los derechos humanos, tal y como se ha ejecutado en países de primer mundo.

Tomado de: https://efectococuyo.com/la-humanidad/tareas-dirigidas-alternativa-rezago-escolar/

lunes, 29 de noviembre de 2021

Judoca Anriquelis Barrios comparte con comunidad de Petare en Caracas


Mi preparación para conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024, comenzará en la Universidad de Tokai, en Japón”, señaló la judoca Anriquelis Barrios, durante una reciente visita a la popular zona caraqueña de Petare.

Esta muchacha guayanesa que logró diploma olímpico en los Juegos de Tokio 2020, en la categoría de -63 kilos, también entrenará en la ciudad de Valencia, España, “pero seguiré estudiando diseño gráfico. Soy Técnico Superior Universitario (TSU), pero quiero especializarme, luego un master. Debo pensar en el futuro”.

En Petare, llegó invitada por la gente de Zona de Descarga, organización que viene trabajando con las comunidades en varios aspectos, como el educativo, donde tienen el programa Descargando Futuro, donde manejan catorce casas para tareas dirigidas, donde participan 187 alumnos y alumnas de primaria.

La joven de 28 años dijo con respecto a su carrera como atleta, “me concentraré en competir más y pulir varios errores. Mi meta es una medalla olímpica y si es oro, mejor”, refiere una nota de prensa del portal Líder.

Aunque está compitiendo desde los seis años de edad y ha viajado mucho, “considero que la etapa en la que más aprendí fue en esta de la pandemia, ya que me quedé sola en Japón y decidí realizar más preparación física, a falta de competencias. Además, el estar sola sin mi familia, sin mis amigos, me hizo madurar muchísimo”. /EL /CP

Tomado de: https://www.vtv.gob.ve/judoca-anriquelis-barrios-comparte-petare-caracas/

sábado, 27 de noviembre de 2021

Zona de Descarga recoge libros y cuadernos para niños de escuelitas de Petare

Con la iniciativa #UnLibroParaPetare, los activistas de la organización comunitaria Zona de Descarga se proponen conseguir la donación de cuadernos de material escolar para equipar cinco espacios de tareas dirigidas en Petare


Caracas.– Cuadernos, libros en buen estado, pizarras, pintura, colores, hojas y material escolar de todo tipo están recaudando desde la organización Zona de Descarga para dotar a 180 niños que ven clases en espacios de tareas dirigidas en Petare, municipio Sucre de Miranda.

Lo recaudado por los activistas comunitarios será destinado a espacios en los sectores Agricultura, José Félix Ribas, 19 de Abril y El Torre, donde varias maestras instalaron tareas dirigidas como una manera de sostenerse económicamente y de ayudar a los niños de sus comunidades a avanzar en el sistema educativo regular, al que no acuden desde marzo de 2020 por causa de la pandemia.

Jimmy Pérez, coordinador general de Zona de Descarga, explicó que se trata de una idea reciente, ejecutada en alianza con los grupos de Caracas Ciudad Plural, Dale Letra, Somos Humana y otros amigos que han respaldado esta iniciativa.

Pérez explicó que hasta el momento los donativos serán repartidos entre cinco espacios de tareas dirigidas de Petate, pero que saben que hay miles en todo el barrio que necesitan la mayor ayuda posible, pues han debido asumir la labor de las escuelas regulares.

Alrededor de 30 niños tiene cada docente con escuelitas de tareas dirigidas. Son casas cerro arriba, donde las maestras habilitan hasta los cuartos de la casa como salones y lo único que reciben es un dólar por cada niño, explicaron desde Zona de Descarga.

Pérez explica que para hacer algún donativo solo es necesario comunicarse con el grupo a través de las redes sociales de Zona de Descarga, desde donde darán la información y contactarán a los interesados para recoger las donaciones.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Maestros petareños enseñan en sus casas para el sustento de su familia y ayudar a los padres de sus alumnos

 

Por Cronista Popular

La pandemia cambió los papeles en hogares petareños. Docentes dan clases en sus casas para ayudarse económicamente y para apoyar con sus conocimientos a los padres que hacen esfuerzos para costear las clases adicionales que requieren sus hijos para avanzar en su proceso educativo. Zona de Descarga apoya esta iniciativa con el proyecto Descargando futuro.

Caracas. La profesora Yasmín Castro da clases en su casa desde hace años. Esta labor cobró más sentido durante la pandemia porque madres y padres necesitan apoyo educativo para que sus hijos realicen sus tareas. Para ello, convirtió un espacio de su hogar en un salón de clases para enseñar a los niños a leer y escribir, a recrear ensayos de música, teatro y danzas de forma intuitiva.

El sueño de la maestra Yasmín es que los niños puedan aprender teatro, música, fotografía, pintura y otras actividades para que desarrollen sus habilidades y destrezas.

Ella hace hincapié a los padres para que se comprometan a ayudar a sus hijos a cuidar del material escolar recibido y a involucrarse en las actividades comunitarias, charlas y encuentros culturales con la ONG Zona De Descarga a través de Cine Platabanda.

La docente dijo que estas iniciativas cobran sentido porque refuerza el sacrificio que hacen los padres para que los niños puedan cumplir sus actividades académicas y recibir una educación de calidad a bajo costo.



Descargando futuro en los barrios petareños

En el corazón de Petare, en uno de los sectores más viejos donde se encontraba el “camino de los agricultores”, en el barrio La Agricultura vive la maestra Yasmín Castro. Su salón de clases es uno de los centros del Proyecto Descargando Futuro que consiste en crear espacios libres de violencia en sectores populares de Petare. En ese lugar han donado libros, enciclopedias, diccionarios, cuadernos, lápices, colores y otros materiales educativos.

Este programa trata de consolidar espacios comunitarios creados para fomentar la paz y seguridad a niños y niñas entre 6 y 12 años de edad, a través del desarrollo del interés por la lectura y el aprendizaje de valores de cultura de paz como el respeto por el otro, la reconciliación, el reconocimiento en la diversidad. Todo esto en un ambiente de seguridad física y psicológica que les permita descubrir sus verdaderos potenciales para su desarrollo personal.

Este programa lleva más de dos meses en las comunidades de Petare y con el apoyo de varias organizaciones como también de maestras de las distintos centros educativos más importantes de la parroquia petareña; han consolidado doce casas o centros de desarrollo pedagógico, en los barrios La Agricultura, José Félix Ribas, El Torre, Barrio Unión y 24 de Julio, con un total de 175 niños y adolescentes,

Esta labor educativa cuenta con el apoyo de estudiantes del Pedagógico de Caracas, Universidad Central de Venezuela y otras casas de estudios que acompañan a las maestras a dar clases. En estos espacios los niños y niñas se encuentran con sus vecinos más cercanos, pero también se alejan de la violencia.

La docente resalta la labor de la ONG Zona de Descarga porque está comprometida en fortalecer las habilidades de los niños para el ejercicio de la ciudadanía y de sus derechos y el desarrollo de capacidades sociales, la convivencia, coexistencia y resiliencia en tiempo de distancias injustas y escasos espacios para la construcción de paz.

Quienes deseen apoyar a esta maestra en su labor educativa con libros, cuadernos, diccionarios, enciclopedias, colores, lápices y otros materiales educativos pueden hacerlo a través de las redes sociales en Facebook Zona De Descarga Twitter @ZonaD_Descarga, e Instagram @zonadedescargaoficial

Yasmín Castro aplaude las alianzas con instituciones como Caracas Ciudad Plural, Rotary Petare, Vencannetwork, Somos Humana y Zona de Descarga.

"Tengo 17 años de experiencia, y tuve que dar el paso para abrir un espacio y dar clases en mi hogar, porque más allá de recibir una cuota, decidí hacer este tipo de actividad en pro de la comunidad, de los estudiantes que son afectados en estos tiempos de nueva normalidad, tener un espacio aunque sea chiquito para dar una buena clase, podemos crear bienestar en nuestras comunidades".

miércoles, 24 de noviembre de 2021

#GenteDeBien | Jaime y Jimmy Pérez, constructores de comunidad y defensores de la identidad petareña

 

Desde hace ocho años, estos morochos nacidos y criados en el barrio José Félix Ribas dirigen «Zona de descarga», ONG que promueve la convivencia y el arraigo entre los habitantes del populoso sector del este caraqueño, a través de la educación, la música y la cultura

Por Daniel De Alba Suárez

Uno de los recuerdos más vívidos de la infancia de los hermanos Pérez en la humilde parroquia donde llevan viviendo 35 años, fue recibir su primer papagayo. El olor a madera barnizada, solapado con el aroma de un buen tequeño, convirtieron esta escena, situada en pleno Casco Histórico de Petare, en algo inolvidable.

Años después, Jaime y Jimmy buscan sin pausa replicar este impacto en los niños y niñas que atestiguan su labor a través de Zona de Descarga, organización no gubernamental dedicada a la difusión cultural y creación de espacios libres de violencia en zonas vulnerables. Esta tarea ha resonado ampliamente y es considerada una de las iniciativas que quiere mostrar la cara amable de uno de los territorios más peligrosos del país y del continente.

Sus fundadores, los morochos Pérez, oriundos de la zona 3 del barrio José Félix Ribas -uno de los más grandes del sector-, se ven reflejados en las caras del joven público que disfruta de sus actividades. Jaime es el mayor, egresó de Estudios Internacionales y -en palabras de su hermano- es el más extrovertido, emocional y, además, seguidor de los Leones del Caracas. Jimmy es estudiante de Economía, le va a los Tiburones de La Guaira y se considera más pragmático y metódico. Ambos gozaron de una niñez noble y divertida, pateando calle y teniendo contacto directo con un gentilicio regional muy rico que, tiempo después, mutó en un interés fijo por preservarlo.

Descargando un pasado

Zona de Descarga nace como parte de una impresión que les quedó a los hermanos Pérez tras un proyecto que llevaron a cabo en 2013. Jaime relata que, para entonces, trabajaba en el Consejo Nacional Electoral (CNE), ente que le prestó apoyo para levantar el Proyecto Petare, un informe cuyo objetivo era caracterizar y sectorizar a todos los barrios de la parroquia; una tarea titánica, pues son más de 30. Aun así, se desarrolló un criterio para dividir la misma, tomando como referencia los centros de votación. El resultado: un total de 19 ejes, cada uno con sus relieves, referentes y tradiciones culturales.

Ante esta situación y aconsejados por un gran amigo, el salsero Niño Méndez, los morochos se propusieron levantar una organización dedicada a resaltar el valor, el sentimiento y la identidad del gentilicio petareño. La ONG nació oficialmente el 13 de agosto de 2013 y, desde entonces, viene desarrollando un abanico de actividades con las cuales buscan que los participantes puedan empezar a entender -muchos de ellos a temprana edad- la historia local y tengan la capacidad de “cargar y descargar” contenidos con los que sean capaces de transformar su realidad. 

 

Cultura y convivencia desde los techos

Una de las plataformas que los fundadores de Zona de Descarga utilizan para transmitir los ideales que promueven es la platabanda -techos planos de las casas o edificios- como lugar de encuentro entre familiares, amigos y vecinos del sector. Estos rincones han sido testigos de gran parte de las iniciativas que Jaime y Jimmy han llevado a cabo.

El confinamiento por la pandemia del coronavirus, iniciado en marzo de 2020, fue una oportunidad para despegar. Con cada vecino en su casa y la arquitectura de los barrios, que aún improvisada evoca la de un gran coliseo romano, instalar una pantalla y una laptop con un video beam para proyectar películas u otras piezas audiovisuales resultaba una ingeniosa estrategia para mantener a la gente entretenida en sus hogares, dejando en la noche del este capitalino más esperanza de la usual.

Esta iniciativa, hoy sintetizada con el nombre de «Cromoplatabanda» -en referencia a los cromosomas, mínimos y elementales contenedores de información y herencia humana-, ha enamorado y cautivado a más de 200 comunidades. También fue multiplicada por siete  y dio origen a la «Semana de la Platabanda», donde se prestaron varios servicios, como lectura de cuentos, toques musicales, presentaciones de danza, oración y atención cosmética.

De este proyecto, una de las actividades más reseñadas y aplaudidas se realizó en la cima de una de las casas del barrio 19 de Abril, a pocas semanas de culminar el año 2020: el concierto de Desorden Público y las actividades que los miembros de la banda -hoy día, grandes aliados- realizaron con los vecinos.




Descargando presente, construyendo futuro

Pero el trabajo de Zona de Descarga no queda allí: sus creadores siguen luchando por hacer crecer la fundación, tener sede física y replicar su labor en otros puntos de la ciudad; todo sin negar ni dejar de lado a Petare, el territorio que hoy día es su norte para abrazar y seguir descifrando. También apuestan por otros ejes de acción. La iniciativa más reciente, «Descargando Futuro» -que llevan a cabo con grupos de maestras que han abierto sus humildes casas para dictar tareas dirigidas- resume lo que quieren generar: impacto en los niños.

Precisamente para fortalecer este proyecto, los hermanos Pérez están llamando a instituciones y particulares a realizar aportes que permitan llegar a más y más chamos. Desorden Público se les unió en la promoción.  “Te invitamos a unirte, a donar libros, materiales escolares, pinturas y todos los insumos que sirvan para brindar educación y crear un agradable espacio educativo para nuestros niños”, se lee en un post que colgaron en la cuenta de Instagram, @ZonaDeDescargaoficial.

A propósito de su labor y la reconstrucción del país, los hermanos Pérez  recuerdan la necesidad de unir esfuerzos y promover redes de solidaridad.

  
   

Conociendo para querer: construyendo identidad

Por la mañana, antes de que lleguen los muchachos para las actividades del programa “Vacaciones Relámpago 400”, diseñado por Zona de Descarga para el asueto de mitad de año, en el Museo de Arte Popular Bárbaro Rivas los hermanos comentan sobre las obras de autores que, otrora, también vivieron y padecieron la parroquia; además, logran conversar con uno de ellos: el artista David Petit, encargado de impartir un taller de dibujo y pintura.

Calles y adoquines coloniales más adelante, se encuentran en plena acera con la bombona de Fran Suárez, el repostero artesanal de cuyas sabias manos ha sido producido el “Golfiao de Petare” por generaciones. Sin gas, es imposible llevar a cabo dicha labor, por lo que proceden a subir escaleras con el cilindro de metal a cuestas.

Para este miércoles de lluvia breve, el plan fue darles a más de 80 niños del barrio un recorrido histórico por las calles cuatricentenarias  -desde la plaza Sucre hasta el teatro César Rengifo- con dosis de entretenimiento y contenido informativo del “señor de los golfeados”, quien relató parte de la historia de la parroquia de forma dinámica y alejada de sesgos e ideologías. Con el apoyo de las maestras de la comunidad y personal técnico, esta pequeña gran muestra de ciudadanía resultó ideal.

El señor Suárez -convertido, más que en maestro panadero, en un narrador de historias para los chamos-  da fe acerca del poder de la labor semilla de los morochos Pérez.


Tomado de: https://retopaisvenezuela.org/gentedebien-jaime-y-jimmy-perez-constructores-de-comunidad-y-defensores-identidad-petarena/

miércoles, 17 de noviembre de 2021

CVA Margarita y Zona Descarga, dos ejemplos de construcción de una mejor Venezuela #ConLaLuz

 

Las buenas noticias, en la mayoría de los casos, se dan en voz baja»

Esta frase del célebre escritor japonés Haruki Murakami puede resumir iniciativas como las que presentamos en el programa #ConLaLuz de este miércoles, conducido por la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, quien tuvo como invitados a representantes de dos proyectos ya concretados que desde dos diferentes regiones del país y con dos ópticas distintas de labor social buscan crear consciencia de cómo hacer una mejor Venezuela, de manera callada y a veces poco reflejadas en las noticias.

Los primeros invitados al espacio fueron los directivos del Centro Venezolano Americano de Margarita (Cevamar), que más que una escuela de aprendizaje del idioma inglés representa un espacio de interacción y encuentro, en una isla que en algún momento fue el principal polo turístico del país y que actualmente padece de múltiples carencias.

Los directores de Cevamar, Jhonatan Rodríguez y Magaly Guédez de García, manifestaron su beneplácito, primero, por ser miembros oficiales de la Red Nacional de Espacios Americanos, así como de la Asociación de Centros Binacionales de América Latina, formando parte de la red global de American Spaces que está conformada por más de 642 centros, un gran logro producto de la exitosa gestión que realizamos hasta ahora.

“En 2019 recibimos 37.903 visitantes en el Centro, desarrollamos 164 programas en los que participaron de manera directa 18.868 personas. En lo que ha transcurrido del 2020 nos tocó reinventarnos e innovar con la virtualidad debido a la pandemia por Covid19, lo cual nos ha dado la oportunidad de beneficiar a muchas más personas con la modalidad online contabilizando 344 programas con una participación registrada de 198.026 personas hasta ahora”, apuntó Rodríguez, quien también es activista social en Nueva Esparta, conocido por su defensa de los pacientes con VIH.

Agregó que en Nueva Esparta «no teníamos un espacio Americano y hemos hecho esa sociedad maravillosa donde luego de los años hablamos de éxito».

«En el Centro Venezolano Americano de Margarita (Cevamar) tienen entre sus pilares fundamentales el inglés, la cultura e información actualizada y reciente acerca de los Estados Unidos, conectando así a los venezolanos y a los estadounidenses en diversos eventos», agregó.

Desde la platabanda

Como segundo invitado estuvo Jaime Pérez, uno de los promotores de Zona de Descarga , una iniciativa que en este 2021 destacó por acercar hacia las comunidades de Petare, el más populoso de los barrios venezolanos, eventos que lucían lejanos para esas humildes comunidades que lo habitan.

Pérez destacó que el simbolismo que representó el uso de las platabandas petareñas  como lugar de encuentro vecinal, como en aquel concierto de la banda de ska Desorden Público o las diversas sesiones de cine popular, algo que ha desmitificado el epíteto de barrio muy peligroso a esas zonas del municipio Sucre.

«Las platabandas nos permiten crear esos espacios de encuentro. La platabanda se convirtió en ese icono que transciende en estética, estilo y forma. Estamos pretendiendo hacer un sincretismo de lo que hay en el barrio», destacó.

Este luchador social habló de lo que viene en próximos meses y de cómo se seguirán sumando más personas a esta lucha por hacer amable ese emblemático lugar.

Vea el programa aquí:

Tomado de: https://efectococuyo.com/la-humanidad/cva-margarita-y-zona-descarga-dos-ejemplos-de-construccion-de-una-mejor-venezuela-conlaluz/

lunes, 15 de noviembre de 2021

Maestras convierten sus casas en escuelas en medio de pandemia en Venezuela


Por: Bárbara Agelvis

Caracas, 23 ago (EFE).- Maestras preocupadas por la educación de los niños que habitan en Petare, una de las barriadas más pobres de Venezuela, abrieron las puertas de sus casas para educar a los menores en medio del cierre de escuelas, empujado por la covid-19, que ya suma más de un año y el difícil acceso a internet.

La iniciativa, que comenzó hace varios meses y que cobra cada vez más fuerza, fue impulsada por las dificultades que comenzaron a tener los niños para continuar con sus estudios, luego de que se decretara el cierre de escuelas para evitar el aumento de contagios del coronavirus.

Las clases, por orden del Gobierno, comenzaron a impartirse a distancia y de manera virtual, pero los fallos eléctricos, la lentitud en la velocidad de internet, el no contar con los recursos para acceder a un computador o la ausencia de profesionales educativos, hicieron más cuesta arriba la educación de los niños.

El Ejecutivo también intentó impartir clases a través de programas de televisión para los estudiantes de los primeros cursos de básica, pero asociaciones de padres aseguraban que los episodios eran repetidos, que algunos no se ajustaban a la edad de sus hijos o no estaban de acuerdo con el método de enseñanza.

Ante esta situación, varias maestras, con el acompañamiento de la organización Zona Descarga, decidieron abrir las puertas de sus casas para impartir clases a los niños de Petare, que en su mayoría llegan sin ningún material escolar, con cuadernos usados o lápices rotos.

LA RETRIBUCIÓN A LAS MAESTRAS

Por la situación económica en Venezuela, donde el salario mínimo mensual ronda los 2,5 dólares, los padres ven difícil renovar el material básico escolar, especialmente en las comunidades más desfavorecidas, pero realizan un esfuerzo para colaborar con las maestras que llegan a recibir como pago algún tipo de alimento.

"Es muy poco lo que me dan, pero es una colaboración", cuenta Jasmín Castro -licenciada en educación inicial- a Efe desde una de las habitaciones que habilitó en su casa para impartir las clases que comenzaron porque los padres le pidieron ayuda.

"Nosotros, como educadores del Ministerio de Educación, el sueldo es muy bajo, entonces es una manera de yo ejercer mi carrera que es lo que me gusta y es un beneficio", indicó Castro, quien explicó que el apoyo que les otorga a los niños es de dos horas diarias y en todas las materias.

Estas maestras no tienen límite de edad para atender a los estudiantes. Algunas de ellas también ayudan a adolescentes que estudian secundaria, y aunque actualmente en Venezuela hay temporada vacacional, las mujeres prestan refuerzo educativo y organizan actividades recreativas.

Apoyan ayudando a los alumnos a resolver las tareas que los colegios envían vía correo electrónico o WhatsApp, pues para un estudiante de una institución pública, recibir una clase virtual en vivo es casi imposible. Ni los profesores cuentan con el apoyo suficiente para impartir las lecciones ni los alumnos con los recursos para recibirlas.

Ese puede ser el escenario en caso de que sus maestros en las instituciones no abandonen sus puestos de trabajo.

ESTUDIANTES QUE QUEDAN A LA DERIVA

El hijo de 11 años de la ama de casa Yendri Ochoa se quedó sin maestra a mitad de curso y pasó al primer año de secundaria, aún cuando el colegio no cumplió con culminar el año escolar.

Sin embargo, Ochoa señaló que encontró apoyo para que su hijo pudiera culminar su preparación en una de las escuelas que abrieron estas maestras en sus casas en Petare.

"Él no se atrasó porque ella (la maestra) me lo ayudó aquí con sus tareas", contó Ochoa, que aún no tiene claro cuándo ni dónde comenzará su hijo el primer año de bachillerato.

Hasta el momento, unos 14 hogares funcionan como centro educativo o reforzamiento pedagógico en Petare y unos 153 niños se ven beneficiados. Zona Descarga planea crear una red de casas de este tipo, a las que ayudan con donaciones de libros, materiales de papelería, muebles o pinturas. La mayoría de ellos usados.

"Esto no es una cosa improvisada, esto surgió de una idea que luego muchas personas empezaron a aportar y a poder llevar a cabo un plan que permita atender esa comunidad de manera integral, porque no solamente se beneficia a los niños, también los padres", dijo uno de los responsables de Zona Descarga, Jimmy Pérez, que promueve actividades contra la violencia.

El Gobierno de Venezuela planea retomar las clases presenciales en octubre, pero dependerá de cómo avance la vacunación contra la covid-19 que hasta hace un mes cifraba en más de 3.600.000 personas en una población de 30 millones de habitantes. EFE.
 

jueves, 11 de noviembre de 2021

Maestras imparten clases en sus hogares a niños de Petare

 Mediante la ayuda de la organización Zona de Descarga, 14 hogares funcionan como escuelas y unos 153 niños se ven beneficiados. La idea surgió debido a las dificultades que tenían los estudiantes para ver clases ante el cierre de los plantes educativos por la pandemia


Caracas.- Maestras preocupadas por la educación de los niños que habitan en Petare, municipio Sucre del estado Miranda, abrieron las puertas de sus casas para educar a los menores en medio del cierre de escuelas empujado por el COVID-19 y el difícil acceso a internet.

La iniciativa, que comenzó hace varios meses y que cobra cada vez más fuerza, fue impulsada por las dificultades que comenzaron a tener los niños para continuar sus estudios, luego de que se decretara el cierre de escuelas para evitar el aumento de contagios.

Las clases, por orden del gobierno de Nicolás Maduro, comenzaron a impartirse a distancia y de manera virtual, pero los fallos eléctricos, la lentitud en la velocidad de internet, el no contar con los recursos para acceder a un computador o la falta de profesionales educativos hicieron cuesta arriba la educación de los niños.

El Ejecutivo también intentó impartir clases a través de programas de televisión para los estudiantes de los primeros cursos de básica, pero asociaciones de padres aseguraban que los episodios eran repetidos, que algunos no se ajustaban a la edad de sus hijos o no estaban de acuerdo con el método de enseñanza.

Ante esta situación, varias maestras, con el acompañamiento de la organización Zona de Descarga, decidieron abrir las puertas de sus casas para impartir clases a los niños de Petare, que en su mayoría llegan sin ningún material escolar, con cuadernos usados o lápices rotos.

Hasta el momento, unos 14 hogares funcionan como centro educativo o reforzamiento pedagógico en Petare y unos 153 niños se ven beneficiados. Zona de Descarga planea crear una red de casas de este tipo, a las que ayudan con donaciones de libros, materiales de papelería, muebles o pinturas. La mayoría usados.

Retribución a las maestras

Debido a los bajos salarios, los padres ven difícil renovar el material básico escolar, especialmente en las comunidades más desfavorecidas, pero realizan un esfuerzo para colaborar con las maestras que llegan a recibir como pago algún tipo de alimento. «Es muy poco lo que me dan, pero es una colaboración», cuenta a EFE la licenciada en educación inicial Jasmín Castro.

«Nosotros, como educadores del Ministerio de Educación, tenemos un sueldo muy bajo, entonces es una manera de yo ejercer mi carrera que es lo que me gusta y es un beneficio», indicó Castro, quien añadió que el apoyo que les presta a los niños es de dos horas diarias y en todas las materias.

Estas maestras no tienen límite de edad para atender a los estudiantes. Algunas de ellas también ayudan a adolescentes que estudian secundaria y aunque es temporada de vacaciones, las mujeres prestan refuerzo educativo y organizan actividades recreativas.

Ayudan a los alumnos a resolver las tareas que los colegios envían por correo electrónico o WhatsApp, pues para un estudiante de una institución pública recibir una clase virtual en vivo es casi imposible. Ni los profesores cuentan con el apoyo suficiente para impartir las lecciones ni los alumnos con los recursos para recibirlas.

Estudiantes a la deriva

El hijo de 11 años del ama de casa Yendri Ochoa se quedó sin maestra a mitad de curso y pasó al primer año de secundaria, aún cuando el colegio no cumplió con culminar el año escolar. Sin embargo, Ochoa señaló que encontró apoyo para que su hijo pudiera terminar su preparación en una de las escuelas que abrieron estas maestras en sus casas de Petare.

Él no se atrasó porque ella (la maestra) me lo ayudó aquí con sus tareas, contó Ochoa, que aún no tiene claro cuándo ni dónde comenzará su hijo el primer año de bachillerato.

Para Jimmy Pérez, uno de los responsables de Zona de Descarga -que promueve actividades contra la violencia-, los salones en las casas no son algo improvisado. Cuenta que la idea surgió luego de que muchas personas empezaron a aportar y realizar un plan que permitiera atender a esa comunidad de manera integral. No solamente se beneficia a los niños, también a los padres, señaló.

El gobierno oficialista planea reanudar las clases presenciales en octubre, pero dependerá de cómo avance la vacunación que, hasta hace un mes solo tenía vacunadas a 3.600.000 personas en una población de 30 millones de habitantes.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El proyecto recreativo que permitió el reencuentro entre las y los vecinos de Petare en Venezuela

 
Jaime y Jimmy son unos hermanos gemelos que siempre han trabajado por Petare, barrio en Venezuela donde viven desde que nacieron. Se les ocurrió que las platabandas podían ser un punto de encuentro para la gente de la comunidad, incluso en tiempos de pandemia

La platabanda era su escape al encierro. Desde que empezó el confinamiento por la pandemia de COVID-19, Jaime solía sentarse en el techo de placa de su casa a tomar café con las vecinas, a ver el atardecer, a tomar un poco de aire, a mirar videos en su teléfono, a ojear desde allí arriba lo que pasaba entre los callejones de la Zona 3 del barrio José Félix Ribas de Petare, donde vive desde que nació.

En medio de una de esas conversaciones, mientras compartía el café con una de sus vecinas, le vino la idea. Fue como si de pronto hubiese descifrado un código. En ese instante estaba en el lugar donde podría colgar el sueño que comparte con su hermano Jimmy. El sueño de sembrar el cambio en el barrio más peligroso de Latinoamérica. Era marzo de 2020. Jimmy y Jaime se dieron cuenta de que en las platabandas podían reencontrarse los petareños. Que allí podría haber una tregua. Sí, ahí en las platabandas; ahí donde las personas del barrio hacen sus rumbas, donde cocinan las sopas de fin de semana, donde celebran la lluvia llenando tobos y tanques con el agua que cae del cielo porque por tuberías no llega, donde juegan dominó, donde vuelan papagayo, donde hasta los delincuentes se escabullen saltando de una casa a otra.

No necesitaban mucho. Una pantalla —que ya tenían—, un video beam, unas cornetas y películas. Para estos hermanos se trataba de mucho más que entretener: era una forma de retomar un proyecto dormido años atrás con el somnífero de los conflictos políticos y el despecho por un socialismo que no fue. Un aletargamiento que les enseñó que el reencuentro entre gente que piensa diferente es el ingrediente para que cualquier cosa funcione.

Así es como ellos mismos lograron encontrarse: idénticos por fuera, pero por dentro solo semejantes en la idea del libre pensamiento. Jaime y Jimmy, de 34 años de edad, son los gemelos que decidieron volver esa premisa que los une en una bandera y montarla sobre una platabanda en forma de pantalla de cine. Estatura promedio, cabello negro azabache con ondas, ojos negros y sonrisa tímida. Es imposible distinguirlos si no se les escucha hablar. Entonces se puede notar que Jaime, estudiante de Psicología, es el de la profundidad, el de las ideas; y Jimmy, casi economista, el de la ejecución de los planes. Los morochos siempre han trabajado por Petare. En la adolescencia, quizá por su rebeldía natural, se encantaron con el proyecto socialista. Trabajando en los círculos bolivarianos y en el Consejo Nacional Electoral consiguieron cosas importantes para su barrio. Una de ellas, la Casa de la Cultura Bárbaro Rivas, que se mantiene hasta hoy y que es uno de los pocos espacios de José Félix Ribas que no ha sido tocado por intereses particulares de partidos políticos. Allí, en esa casa, reposaba su sueño de que el barrio fuera un espacio de coincidencias.

Con los años, ya adultos, se dieron cuenta de que en el chavismo no tenían cabida sus ideas del libre pensamiento. Fue con la llegada de Nicolás Maduro que las cosas cambiaron y las bases crujieron. Los morochos se hicieron más críticos. A la abuela le negaron la bolsa CLAP en 2016 por el “pensamiento indisciplinado” de los nietos. A ellos luego comenzaron a excluirlos de reuniones “por no seguir lineamientos”. Y fue por eso que poco a poco se alejaron hasta que se separaron por completo de la política para trabajar en proyectos culturales que incitaran la participación de las y los vecinos.

Pero la idea no les cayó del cielo.

En 2014 habían conseguido la donación de una pantalla gigante. Ese mismo año, en plena calle proyectaron un documental que despertó tal interés en los niños que no se movieron del piso ni siquiera cuando empezó una pelea muy cerca y un hombre del barrio accionó su pistola y disparó tres veces al aire. Se trataba de El milagro del Candeal, un largometraje que narraba cómo una comunidad brasileña se salvó de la violencia gracias a la música.

Entonces, los morochos hicieron clic. La cultura y la construcción de una memoria histórica del barrio los haría cruzar ese puente de la indiferencia entre sus ideas y las y los vecinos de Petare. Sí, la idea del Cine Platabanda iba tomando forma en sus mentes, incluso antes de que ellos mismos lo concibieran como tal.

Por esos días, afianzaron Zona de Descarga, la organización que habían fundado en 2013 para trabajar por Petare y que los llevó a respaldar otras iniciativas de la parroquia por varios años, hasta que, ahora en medio de la pandemia, estaban encontrando su propia voz.

Jaime y Jimmy, junto a varios compañeros, estaban buscando la cinta adhesiva para pegar los papelógrafos en los que se anunciaba la primera función de Cine Platabanda cuando en la Zona 3 de José Félix Ribas sonaron los primeros tiros.

Era el 2 de mayo de 2020. Comenzaba una de las guerras de bandas más largas y complejas vividas en Petare en los últimos años: una semana entera de plomo. Ráfagas largas de plomo. Plomo de día y de noche. Wilexis, como se conoce al líder delictivo de José Félix Ribas, se enfrentaba a alias “el Gusano”, un hombre que salió de prisión y se propuso hacerle la guerra para arrebatarle el control del barrio.

Había mucho miedo. Las personas dormían —cuando lo hacían— bajo las camas o mesas, los comerciantes cerraron sus negocios, los motorizados dejaron de circular por las calles, los niños ya no jugaban en las escaleras, la gente no subió más a sus platabandas. Y los morochos cancelaron la convocatoria para la función de Cine Platabanda. Pasaron al menos dos semanas tratando de hacerla, pero no era posible, porque solo asomarse a esos techos era convertirse en el blanco de una guerra que no era de los petareños, pero que los había confinado aún más que la pandemia de COVID-19.

Sobre todo cuando el enfrentamiento armado dio paso a una toma policial en la que drones, helicópteros y grupos tácticos tomaron esos mismos espacios para “cazar” a Wilexis, uno de los delincuentes más buscados del país.

Los morochos se preguntaban qué hacer. Y en esa búsqueda, una amiga de ambos los puso en contacto con unos pastores que tenían una radio comunitaria llamada Resplandor de Cristo, perteneciente a una iglesia cristiana que desde abril de 2020 transmite tres veces a la semana la palabra de Dios y mensajes de aliento. Para ello usan unas cornetas que instalaron también en el techo de una casa del barrio.

Se aliaron con ellos. Y eso sumó para que el Cine Platabanda pudiera finalmente llevarse a cabo. Entre los delincuentes hay, dentro y fuera de las cárceles venezolanas, una regla tácita: con los cristianos nadie se mete.

Por esos días, todo estaba más tranquilo en la comunidad. Y fue así que el 14 mayo niños y adultos se encontraron para ver una película animada.

Antes de empezar, y al otro extremo de la placa en la que se dispuso la pantalla, los pastores, junto a Jaime y a Jimmy, le pidieron a la gente que desde sus ventanas ondeara trapos blancos para pedir la paz en Petare. Las telas, que en la distancia parecían palomitas blancas a punto de ser liberadas, vibraron unos 10 minutos antes de que llegara el ocaso y se encendiera la pantalla que, tal como predijeron los morochos, se convirtió en el punto de encuentro para ver, leer, cantar, bailar y hasta orar en el barrio.

Tenían cornetas, la pantalla y una consola prestada. Aquella tarde, los organizadores, ansiosos, sentían que no oscurecía. Que los minutos pasaban lentos. ¿Será que esos pañuelos blancos lo iluminaban todo?

Fue a las 7:20 de la noche cuando la platabanda del callejón Guaicaipuro en José Félix Ribas se llenó de personas que, con tapabocas y sentadas en el piso, presenciaban la proyección.

A lo lejos, se podía ver a niños y niñas apiñadas en las ventanas de sus casas, con los piecitos colgando mientras aplaudían cuando se emocionaban con la película. Las personas adultas también dispusieron sillas plásticas en sus platabandas y dejaron entrar a vecinos que no tenían buena visibilidad de la pantalla desde sus hogares para que pudieran disfrutar la proyección.

Esa noche todos celebraron el cine con aplausos y vítores.

Era la alegría de poder volver a sus ventanas y techos sin miedo.

Era la calma después de la tormenta.


Tres semanas después, por el pasillo angosto que une unas calles con otras en la Zona 3 de José Félix Ribas, esa mañana no pasaban motos, no había muchachos en actitud sospechosa ni música a todo volumen: ese día los niños y niñas con libros sentados en escaleras y bordes de las aceras lo llenaron todo, y le dejaron ver a Jimmy y a Jaime que la platabanda sí era ese canal para cambiar a Petare por el Petare de sus sueños. Solo esa imagen era una confirmación de que iban por buen camino.

La noche anterior, el 2 de junio, los más de 20 voluntarios que ya había sumado la iniciativa de la organización Zona de Descarga repartieron 200 libros entre las comunidades del 19 de abril y José Félix con vista a la pantalla gigante, desde donde un cuentacuentos voluntario relató la historia de un árbol que hablaba. Mientras los niños y niñas la seguían desde sus ventanas con los libros donados.


Ahora, los morochos se aferran a esa pantalla. Aunque estén en una campaña para conseguir fondos, pues la lluvia quemó parte de esos equipos prestados en uno de los últimos eventos llamado “Ora Platabanda”, ellos siguen soñando. Quieren volverlo sustentable. Quieren hacer la Casa Platabanda. Quieren llevar a los caraqueños a conocer Petare. Quieren darle a los petareños más encuentro. Quieren que tomen consciencia de la belleza de su barrio.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Petare, la favela de Venezuela donde las casas se convierten en escuelas

  • En plena pandemia, un grupo de maestras decidieron impartir clases a los niños de bajos recursos que quedaron al margen de la educación a distancia
  • Al proyecto se han sumado ONGs que ven en esta idea un potencial para construir oportunidades
Ana no sabe de cuántos metros cuadrados es su casa en el barrio La Unión de Petare, según algunos cálculos, la favela más grande de América Latina. No muchos aquí saben con exactitud la dimensión de sus viviendas, quizás es un dato irrelevante en un lugar donde las edificaciones se modifican conforme crece la familia, desafiando las leyes de gravedad.
La de Ana es una casa pequeña, cálida y acogedora. Es de esas típicas de las favelas venezolanas en donde se respira solidaridad aun cuando todo es adverso. El espacio es escaso, pero suficiente para recibir a los niños de la comunidad que desde hace más de un año no van a las escuelas, cerradas producto de la pandemia del covid-19. Situación que el gobierno intentó fallidamente mitigar con clases virtuales. Sólo el 40% de los hogares tenía conexión a internet, según el Observatorio Venezolano de Servicios y el 80% de los venezolanos vive en pobreza extrema, de acuerdo a la encuesta de condiciones de vida (Encovi).

Casas convertidas en escuelas


En este contexto, las casas de tareas dirigidas o reforzamiento pedagógico se convirtieron en una luz esperanza para cientos de niños de bajos recursos. Es miércoles; transcurre una semana de confinamiento radical y la isla de la cocina de la casa de Ana, sirve de mesa a dos niños de cuarto grado quienes repasan algunas reglas gramaticales de la lengua española. En el comedor, Franyer un adolescente de 14 años que cursará segundo año el próximo año escolar, estudia matemáticas, el área de conocimiento en la cual se especializa Ana y la que más enfatiza a sus estudiantes.

“En vista de observar tanta deficiencia en los estudiantes, que perdieron todo; el hábito de estudio, la lectura, su rendimiento, entonces yo dije: nada, vamos a empezar a dar tareas dirigidas aquí en mi casa”, cuenta la docente Ana Muñoz a NIUS, sin perder la atención en los niños.


Favela en el barrio La Unión, en Petare, Caracas (Venezuela).NIUSDIARIO.ES

Ana fue una de las primeras 14 maestras que en Petare decidieron convertir sus casas en escuelas en medio de la pandemia. Un gesto de solidaridad, pero también un privilegio. Tiene casi 20 años de experiencia pedagógica y el sistema educativo venezolano se está quedando sin profesores experimentados. Quienes pueden, pagan un dólar por día, (dos horas de clase). Es poco, pero a pesar de ello, de esta manera Ana registra ingresos superiores a su salario que es menos de 3 euros al mes…

“Hay personas que no pueden cancelar, hay personas que se les dificulta”, dice Ana sobre la tarifa de un dólar que cobra por 2 horas de clases. “Hay personas que me dicen: mire yo no tengo el dólar (un dólar a la fecha de la redacción de este reportaje equivalía a más de 4 millones de bolívares), pero yo tengo 500 bs, o la ayudo con una pega, un marcador. Yo no le cierro las puertas a nadie, yo realmente los atiendo a todos”.

La atención es precisamente lo que más agradece el estudiante Franyer Guerrero y una de las razones por la cual prefiera el hogar de Ana como escuela. “A mí me gusta venir para acá todos los días, a mí no me gusta perderme ningún día porque aquí yo siento que aprendo mejor que en la escuela, los profesores explican mucho mejor”, dice Franyer, bajo la mirada de la abuela Nena, la madre de Ana que todos los días acompaña las tareas dirigidas de su hija.
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Sistema educativo en crisis

En medio de la crisis el reforzamiento pedagógico se ha convertido en una fuente de ingresos constante para muchos docentes que, producto de los bajos salarios, abandonan sus puestos de trabajo; en muchos casos, sin presentar una renuncia formal, de allí las dudas sobre las cifras oficiales de renuncias que para el gremio no reflejan la realidad del déficit de docentes que hay en Venezuela.

En 2020, sólo en la región capital, el sindicato de maestros calculó que el 50 por ciento de los maestros, renunció o abandonó su puesto de trabajo. Una situación que, alerta Ana, repercute en el nivel educativo de los estudiantes, más si se considera que antes de la pandemia sólo el 50 por ciento de los alumnos asistía a clases regularmente, según la Encovi.
“En estos momentos yo estoy con estudiantes que realmente no leen, no te escriben, no te multiplican y están en bachillerato. Entonces yo tengo que retroceder, hasta tres y cuatro años atrás para que ellos puedan multiplicar o dividir, para poderlos llevar al nivel del año que están cursando”, sostiene visiblemente preocupada la docente Muñoz de 51 años y también técnico en informática

Por ello cree también que más allá de la pandemia, el sistema educativo de Venezuela dejó de ser una garantía de enseñanza. Una realidad que el gremio cree no mejorará mientras los docentes no puedan cubrir sus necesidades básicas con el salario establecido por el ejecutivo.
“Actualmente la mayoría de los docentes estamos dando tareas dirigidas, algo que no hacíamos los años anteriores”, agrega Muñoz.
 
Tomado de:  https://www.niusdiario.es/internacional/latinoamerica/venezuela-petare-favela-casas-convierten-en-escuelas_18_3200670821.html

martes, 2 de noviembre de 2021

Judoca Anriquelis Barrios compartió con comunidad de Petare

 

La atleta olímpica fue invitada por la gente de Zona de Descarga, organización que viene trabajando con las comunidades en varios aspectos

“Mi preparación para conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024, comenzará en la Universidad de Tokai, en Japón”, señaló la judoca Anriquelis Barrios, durante una reciente visita a la popular zona caraqueña de Petare, reseñó VTV Deportes.

Esta muchacha guayanesa que logró diploma olímpico en los Juegos de Tokio 2020, en la categoría de -63 kilos, también entrenará en la ciudad de Valencia, España, “pero seguiré estudiando diseño gráfico. Soy Técnico Superior Universitario (TSU), pero quiero especializarme, luego un master. Debo pensar en el futuro”.

En Petare, llegó invitada por la gente de Zona de Descarga, organización que viene trabajando con las comunidades en varios aspectos, como el educativo, donde tienen el programa Descargando Futuro, donde manejan catorce casas para tareas dirigidas, donde participan 187 alumnos y alumnas de primaria.

La joven de 28 años dijo con respecto a su carrera como atleta, “me concentraré en competir más y pulir varios errores. Mi meta es una medalla olímpica y si es oro, mejor”, refiere una nota de prensa del portal Líder.

Aunque está compitiendo desde los seis años de edad y ha viajado mucho, “considero que la etapa en la que más aprendí fue en esta de la pandemia, ya que me quedé sola en Japón y decidí realizar más preparación física, a falta de competencias. Además, el estar sola sin mi familia, sin mis amigos, me hizo madurar muchísimo”.

Con información de Deportes VTV

Tomado de: https://contrapunto.com/deportes/artes-marciales/judoca-anriquelis-barrios-compartio-con-comunidad-de-petare/

lunes, 1 de noviembre de 2021

Daniel Dhers mostró sus trucos en Petare

 

El medallista de plata de los Juegos Olímpico de Tokyo 2020 en BMX freestyle, Daniel Dhers, realizó el sábado una exhibición por primera vez en la populosa zona de Petare del Municipio Sucre, cuando frente la iglesia El Carmen en el sector Unión, se presentó ante más de 400 almas.

De los presentes, 187 pertenecen a las 14 casas de tareas dirigidas del programa “Descargando futuro”, repartidas en esta zona. Muchos “riders” también observaron las enseñanzas y trucos que ofreció Dhers para mejorar su desempeño en esta difícil disciplina deportiva.

“Se trata de mostrar lo positivo. Lo bueno siempre va a poder más que todo lo malo”, dijo el ciclista de 36 años.

Dhers estaba desde hace tiempo con ganas de presentarse en Petare y se le cumplió el sueño. Planteó la necesidad de que el Municipio Sucre tenga una pista para BMX en un futuro no lejano, para lo que contaría con el apoyo del Gobierno Nacional. Se debe recordar que ya existen pistas para la práctica de este deporte en las parroquias El Paraíso y Chacao.

La actividad cumplió con todas las medidas de bioseguridad y fue bendecido por el padre Santos, párroco de la iglesia El Carmen. El evento contó con la efectiva organización de Zona de Descarga, el conglomerado pro deporte Pasión Petare y los concejos comunales de El Carmen.

Dhers partirá esta semana a Estados Unidos para cumplir compromisos deportivos, pero tiene pautado volver en diciembre para realizar otras exhibiciones en Caracas y, quizás, en otras ciudades del país.

Daniel Dhers ha cautivado en sus anteriores presentaciones a un singular número de seguidores. El subcampeón olímpico de Tokyo 2020 realizó un llamado para que muchas más personas se integren a la práctica del ciclismo BMX freestyle.

Tomado de: https://www.liderendeportes.com/noticias/mas-deportes/daniel-dhers-mostro-sus-trucos-en-petare/