Iris
Valera, el sistema de injusticia y el mundo al revés en el que ser justo es un
crimen.
Por Jimmy Pérez
09/05/2020
De un tiempo para acá se escuchan voces de
dirigentes “prominentes e impolutos” de las altas esferas del PSUV que no dudan
en tratar de “traidores”, “agentes de la CIA”, “chavistas del barril a 100 $” y
cualquier señalamiento a los militantes de base de convicciones claras y
probadas que asume como principio la defensa de los derechos humanos y el
respeto a la Constitución de la Bolivariana de Venezuela. Y a ese calificativo
se unen otros como “apátridas”, “piteyankee” que bajo la consigna muy tarareada
como la de “leales siempre, traidores nunca”, se refieren a otros venezolanos
que no respaldan sus políticas. En estas líneas presentaré algunos hechos que
desmiente la falsedad de esos señalamientos, a su vez ir aclarando lo que realmente
define el fariseísmo en estos tiempos de pandemia y estafa de revolución del
siglo XXI, es por ello que pretendemos con este título muy conocido por los
venezolanos y el mundo de la salsa para ahondar de quiénes podrían ser los
actuales Fariseos, el Justo, Poncio Pilatos y Barrabás, en fin, debo de
agradecerle a Richie Ray & Bobby Cruz por este gran aporte a la cultura
latinoamericana y a la canción titulada “Los Fariseos”; donde narran
magistralmente el hecho histórico de Poncio Pilato que presento a Jesús y
Barrabás para que la gente “decidiera” la suerte de estos, pero tratando de
hacer un ejercicio de extrapolación a esta historia, atreviéndome a realizar
este símil sin ser teólogo u religioso; El Justo, es decir, aquel que levanta
la voz por los más débiles que será traicionado por la inacción y el conflicto
de intereses de Poncio Pilatos, es decir las FANB y las ansias de poder de los
Fariseos, es decir, Maduro y sus acólitos para liberar a los Barrabás, es
decir, los corruptos y los que infringen la ley por unas monedas de plata para
revestirse en los “héroes del pueblo”.
Éste artículo pretende pues, hacer una defensa
sobre aquel venezolano víctima del sistema de justicia tutelada por la Asamblea
Nacional Constituyente que a través de ese sistema de instituciones fácticas y
sus cómplices, reiterando su conducta antidemocrática y haciendo honor a lo que
tanto criticaron en los tiempos de la democracia representativa, van
calificando de manera inmisericorde a los venezolanos como “traidores a la
patria”, por el simple hecho de amar a Venezuela por encima de todas las cosas
y ser la voz de los que no tienen, mientras les otorgan la libertad bajo la
medida de “régimen de confianza tutelada” contemplada en el Código Orgánico
Penitenciario a un grupo de venezolanos, pero ésta medida se realiza sin saber
o determinar cuál es la condición legal de éstos ciudadanos, si son o no
procesados, o si tienen sentencias firmes. Actualmente estas excarcelaciones
son medidas humanitarias que se dan en el marco
de “tomar las previsiones establecidas ante la pandemia del COVID-19”
pero, contrariamente sucede con los
cientos de presos políticos y de múltiples casos de venezolanos que fueron
detenidos injustamente, sin pruebas de esas acusaciones y se encuentran
inmersos en el retardo procesal penal, así mismo las numerosas detenciones de
dirigentes obreros, campesinos como también dirigentes políticos de los
partidos del Gran Polo Patriótico, como también las persecuciones a dirigentes
de los partidos opositores por el simple hecho de ser la voz de las que no la
tienen y asimismo muchos venezolanos víctimas del hambre son procesados por
robar un kilo de arroz y una lata de sardina.
Otra demostración en el que también se
evidencia muy cínicamente, dos mil años después, sigue vigente la esencia del
fariseísmo en la Venezuela actual; en donde un “gobierno obrero” que se ha
perpetuado cada vez más en los aparatos de “seguridad” debido a la represión a
las protestas, el surgimiento de políticas de “terrorismo de Estado” contra los
más desfavorecidos. Ésta es una afirmación de dicha esencia del fariseísmo que
sé cimienta en la hipocresía, es decir, de presumirse un gobierno obrero, de
llevar una atención de la salud hacia los más pobres y el sistema CLAP que
entrega quincenalmente la caja o “el suplemento alimenticio” para luego no
hacerlo, o lo que es peor, hacer lo incorrecto, lo injusto y lo desleal para
satisfacer sus más bastardos intereses económicos. Es lo propio de la forma de
actuar de estos líderes de la revolución, una conducta muy acorde de los que
gobierna ilegítimamente el palacio de Miraflores, asumiendo la mentira en su
grado más peligroso para disfrazarse de verdad y de justicia, pero todos los
venezolanos sabemos quién es el experto de la mentira. Maduro y sus fariseos
del siglo XXI no les tiembla el pulso para enviar al Justo a ser sometido por los mecanismos de tortura y engaña al
pueblo a través de medios de desinformación imponiendo nuevamente la historia
en el que pueblo “abrumadoramente e
irreversible” eligió liberar a Barrabás
y condenar al Justo.
Mientras el
Poncio Pilatos, es decir la llamada FANB desarrollada bajo el poderío del
chavismo desafortunadamente descansa sobre sus intereses, lo que la hace más
represiva, indolente, anti-civil y anti-ciudadana desplomándose el mito de la “unidad cívico-militar” para ver repetir
la historia de hace dos mil años, en la medida de defender sus intereses en
función de la conservación del estatus alcanzado, sin contrariar al poder de los Fariseos del siglo XXI. Desde las
esferas del poder se perpetúan la consolidación de órganos de la represión para
mantener el control social asegurando sus intereses. Estos altos mandos de
oficialidad militar no solo poseen poder de mando en la estructura jerárquica
de las FANB, sino que ostentan todo poder de decisión en los asuntos centrales
de Estado y de Gobierno, pero concretamente estamos ante un Poncio Pilatos, entre la circunstancia
de no poder maniobrar las distintas facciones de poder, tanto las de origen
popular, es decir la del Justo, como
él de los Fariseos que reclaman por
dirigir los destinos políticos del país, mientras a Poncio el curso de la situación les es más adversa volviéndose en
contra de los Justos y complaciendo a
los Fariseos del Siglo XXI.
Sobre la historia, la sentencia del Justo y la liberación de Barrabás existen muchas versiones que
pasa desde la novela escrita por el Premio Nobel sueco, Pär Lagerkvist, hasta
el relato de Arturo Uslar Prieti y su obra “Barrabás
y otros relatos” (Caracas: Tip. Vargas, 1928) como otras reseñas bíblicas,
pero ¿quién era Barrabás? En búsqueda de explicaciones se dice que “estaba en cadenas con los sediciosos, que
en su sublevación habían cometido asesinato” pero existen diversas
historias y en su mayoría describen a este personaje muy polémico como “un luchador judío contra Roma”, otros
como un “pecador”, “líder de una facción
amotinada” que representa a la criminalidad, un ladrón convicto y confeso.
En este tema quiero centrar las próximas líneas, sobre Barrabás pesaba la acusación de haber matado a un soldado romano,
lo cual le atraía muchas simpatías ante la opinión del pueblo judío que
rechazaban la ocupación extranjera y “protegía al pueblo judio” ante la
ausencia de autoridad y orden, así mismo era el agitador que habría dejado un
relato en el que afirma que su prisión fue una farsa montada para apresurar la
condena de Jesús y que su indulto fue comprado a peso de oro por sus compañeros
sicarios, pagado a un Caifás corrupto, el mismo que le entregó treinta monedas
a Judas, y que habría volteado a los tumultos de personas en contra Jesús; pero
el Barrabás de la actualidad lo vemos
en las calles de los sectores populares del país, el de conducta oportunista,
que se presta para hacer el complot en contra del Justo, es el cómplice y ficha utility de los Fariseos para que el inocente sea condenado en lugar de él, es
el que goza de la protección del sistema de justicia venezolano y el que tiene
licencia para matar. En la actualidad ésta conducta la vemos a diario en las
calles de nuestro país y es importante destacar cómo los Fariseos fueron los autores intelectuales en el asesinato del Justo, pero no sus autores
materiales, que fueron los romanos,
donde muchos cometieron esto por ignorancia y otros por una mezcla de
indolencia, complicidad y cobardía, pero a mi juicio Barrabás juega un papel importante, fue el que se dejó seducir por
el poder y por los que contrataron a Judas para seguir manteniendo el estado
quo, y en la actualidad es el brazo operativo del régimen madurista. A pesar de
ésta descripción y como hombre de
profunda convicciones democráticas sigo creyendo en las segundas oportunidades
y el derecho a ser insertados en la sociedad, pero la gran mayoría de los
venezolanos se preguntan, ¿a qué responde esas excarcelaciones autorizadas por
la Ministra Iris Valera?, ¿son medidas humanitarias?, ¿quiénes son esos
venezolanos que fueron beneficiados con estas medidas?, ¿por qué no se le da
medidas de excarcelación a los Presos Políticos? Éstas y muchas más preguntas se hacen los
venezolanos y en lo que va de cuarentena ha venido aumentado los conflictos
entre bandas en los sectores populares, problemas inter familiares e
interpersonales, como también otras situaciones de seguridad ciudadana, no
puedo afirmar que esto esté conectado con las excarcelaciones pero el ciudadano
común merece una explicación sobre éstas medidas, así mismo el centenar de
madres, esposas e hijos que aún esperan justicia por sus familiares inocentes,
victimas del retardo procesal penal y la persecución fratricida hacia los
presos por motivos políticos.
En el país sobran muchas historias del Justo y cómo se vienen realizando
las más grandes violaciones a los derechos humanos hacia esos compañeros de
lucha, desde el remate del salario hasta el derecho a vivir, y por eso se sigue
repitiendo una mil veces más la historia que sucedió hace dos mil años atrás,
golpeados por el mismo látigo del imperio romano, ese látigo de la
hiperinflación, de la represión, del chantaje y la censura que a través del
sistema judicial venezolano y bajo la tutela de la Asamblea Nacional Constituyente
siguen adoptando conductas de gobiernos del pasado para diseñar leyes
represivas que criminalizan la protesta ciudadana, la defensa de las libertades
democráticas y un salario digno. Esas historias sobran por mencionar algunas,
tenemos la masacre del Junquito muy parecidas a las masacres de Cantaura y
Yumare, los casos de asesinatos del fiscal Danilo Anderson, el líder indígena
Yukpa Sabino Romero como el Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y el
Concejal Fernando Albán, las detenciones injustas e ilegales de los médicos Dr.
José Alberto Marulanda y el Dr. William Agudo, la aprensión de los trabajadores
Rodney Álvarez, Rubén González Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos por
reclamar salarios justos y denunciar la corrupción, así como la privativa de
libertad a más de 800 militares entre ellos el valiente capitán Juan
Caguaripano, y los Generales G/J Baduel que lleva años detenido por no permitir
la politización de la institución militar y el M/G Rodríguez Torres que levantó
la voz por la reconciliación y por la aplicación de la justicia sin impunidad,
así como centenares de dirigentes campesinos y vecinales de las filas del
chavismo por protestar por el gas, el servicio del agua potable y el derecho a
la alimentación, uno de ellos el caso emblemático se trata de una madre
venezolana que presuntamente hurto un kilogramo de arroz y una lata de sardinas
en el Estado Carabobo pero este régimen de Fariseos
del siglo XXI exhibe a nuestra mujer venezolana como un trofeo tras
apresarla por la policía del estado, también centenares de trabajadores de los
medios de comunicación y estudiantes universitarios siendo los más afectados y
perseguidos por años de censura a la libertad de expresión y defensa de la
autonomía universitaria. Éste grupo de personas llevan en sus corazones el
espíritu de lucha del Justo, de aquel que simbolizó un sentimiento colectivo
que perdurará mientras existan las injusticias, siendo un ejemplo de acto
heroico, de desprendimiento, encarnando en estos miles de venezolanos en la más
clara expresión de rebeldía por los ideales del amor al prójimo, la libertad y
la democracia. Son ellos que han inspirado la lucha de la clase trabajadora que,
en alianza con los sectores populares, campesinos pobres, las mujeres y la
juventud en su lucha por romper con las cadenas de los Fariseos, de los Poncios Pilatos y los Barrabás.
Los Fariseos del siglo
XXI buscan de
silenciar la voz de los justos que divergen de su gestión o política, buscan
apagar la luz que brilla en la oscuridad iluminando a una gran parte de
venezolanos. Frente a esto, la respuesta es seguir manteniendo ese espíritu de
lucha y desde la unidad evitar que se vuelva a repetir la historia de hace dos
mil años para no permitir que la cultura de la muerte, la revancha y el
resentimiento lleve a nuestro país a un abismo. Somos millones que llevamos la
luz del Justo, la luz del 23 de Enero que es imposible apagarla y va
iluminando generaciones para llevar a nuestra Venezuela al camino de una nueva
democracia plural, incluyente y de justicia sin impunidad ni revanchas.
#LibertadATodosLosPresosPoliticosCivilesYMilitares
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