Por: Jimmy Pérez |Sábado, 08/08/2020
Los barrios de Petare se
han convertido en los últimos años en un lugar donde la dinámica de la vida
mantiene una variante constante, y la invitación de su gente es "a
jugar libre", a moverse, a rebuscarse y explorar formas de burlar la
censura, la muerte, la improductividad y represión de los aparatos del poder,
de superar los sentimientos de tristeza y desesperanza. A pesar de la anarquía,
la ingobernabilidad, deterioro de los servicios públicos, el confinamiento de
miles de familias y sobre todo la delincuencia que bajo la complicidad de las
autoridades ha provocado caos y una forma de control social en los barrios;
ante dicha realidad existen muchos petareños que van representando una
inspiradora búsqueda de sobrevivir que deja una enseñanza y conocimiento sobre
lo que nos rodea, de las oportunidades de emprender o salir adelante, de miles
de historias de perseverancia, fuerza y vida que supera la cultura de la violencia
y muerte.
El Petare que
describo, su gente y miles de familias, los del "Cerro
Arriba" con escasos espacios públicos para su esparcimiento, el
de hacinamiento, donde existen diversos problemas pero se buscan alternativas
para superarlas; lo interesante del confinamiento como herramienta para
distanciar física y socialmente no ha sido impedimento para que se haya
implementado una forma novedosa de revivir o rescatar esa dinámica integradora
del barrio, de sentirnos juntos desde los techos de zinc, sus ventanas o sus
platabandas que a través de las artes, el teatro, cine, música y otras
expresiones sirvan como luz para iluminar los centenares de conciencia en medio
de la oscuridad, donde las cuatro paredes quedan sin Directv y la deficiente
banda ancha de Aba CANTV que imposibilita el acceso a medios digitales o redes
sociales, casas sin libros, bibliotecas cerradas donde la TV señal abierta o de
radio cada vez menos crítica y autocrítica, poca creativa y su programación muy
irreflexiva reproduciendo estereotipos vacíos, estigmatizaciones superficiales,
consignas sin sentido y épicas ficticias quedando como medios obsoletos y menos
importantes para darle espacio a la radio bemba, a las conversaciones entre
familias donde la platabanda surge como espacio referencial y multifuncional
para que la creatividad y proactividad tomen el verdadero protagonismo en el
punto exacto hacia el reencuentro de la reconstrucción del pensamiento crítico
y autocrítico, conjugándose con los sentimientos nobles de la familia en la
búsqueda de superar las diferentes situaciones que atraviesan y van en
detrimento en la calidad de vida.
En estos momentos
nuestras comunidades resisten a distintas formas de agresión promovidas por el
poder, estos que no se distinguen en ideologías o grupos, está gente no tiene
patria ni mucho menos raíces y logran mimetizarse dentro de las instituciones, entes
gubernamentales, grupos sociales o políticos para entrar en las dinámicas del
barrio con el objetivo de dividir, y así producir pugnas, conflictos y
enfrentamientos entre barrios condenándonos a desaparecer como comunidad pero
con el fin último de ir menoscabando a la familia. El drama que vive la
juventud por reencontrarse ante una situación social de pocas oportunidades,
sus problemas y los retos que tienen son un asunto de gran relevancia dada su
vinculación hacia el futuro y su permanencia en una sociedad cada vez más ciega
y manejada por oscuros intereses. La mayoría de los jóvenes de los sectores
populares comparten la pobreza, la represión de organismos como el FAES, la
evidente desigualdad de oportunidades para tener una educación de calidad y a un
empleo seguro con un salario adecuado, de la inexistencia de una segunda
oportunidad así como la precaria prestación de los servicios básicos, por
ejemplo la salud pública durante pandemia son un caldo de cultivo para el
suicidio o caminos fáciles que te llevan a un peor destino. Los jóvenes
enfrentan cada vez circunstancias difíciles para cristalizar sus proyectos de
vida y aun así siguen adelante, y en términos de "rebusque o matar
tigre" muchas veces van concretando ideas para emprender, otros se sacrifican
para seguir estudiando y muchos aprendiendo algún oficio que les permita
sobrellevar la situación para no optar por él camino fácil donde la ludopatía,
la mediocridad, la viveza criolla y la afiliación a un grupo delincuencial sea
la única alternativa atractiva.
Nuestro proyecto Cine
Platabanda fundado por la organización Zona de Descarga busca alcanzar la
frecuencia del amor para influir de manera positiva en la construcción de
espacios para la segunda oportunidad que signifique elevar el autoestima de
nuestros barrios al punto de hacernos sentir útiles, despiertos y libres; pero
desde una perspectiva colectiva, la imaginación se constituye en un recurso de
gran valor dentro de los barrios, ya que nos permite anticipar el futuro a
reconstruir y nos motiva a tomar acción para materializarlo; dejando atrás la
asfixiante realidad que nos tocó vivir y no morir en este momento, creando los
anticuerpos necesarios que combata la desesperanza, el odio e intolerancia que
se nos impone desde el Poder. Imaginar es un acto de rebeldía que nos hace
libres y nos permite hallar el camino para alcanzar la realidad que deseamos
para nuestras comunidades, para nuestras familias.
Esta pandemia lo
cambio casi todo, pero también visibilizo las contradicciones de la sociedad
venezolana donde la injusticia y violación de los derechos humanos son el pan
nuestro de cada día, y sobre este sentido, es indispensable ayudar a miles de
familias que no pueden salir adelante. La imaginación y la creatividad serán la
defensa para que se reactive el frenesí que anime a rearmar el tejido
emprendedor de los barrios, de evitar que millones de personas vean truncadas
sus aspiraciones y combatir la futura pobreza que nos hará dependientes a los
designios del Poder. Pero siendo realistas, y aunque parezca un contrasentido,
la Petare de hoy, la que diariamente es agredida desde sus hogares cuando
entran a sus casas sin orden de judicial, la que sufre diariamente con
problemas de violencia intrafamiliar, la que persiguen a pequeñas bodegas, comerciantes
y emprendedores para cobrarle vacunas, la que se le acabó la bombona de gas o
que tiene que recoger agua de lluvia para poderse bañar, la que vive con miedo
en sus cuatro paredes por la pandemia, la que se quedó desempleada o administra
la escasez para que todos puedan comer, la que no puede comprarse una pastilla
de atamel o no tiene para cremar a su familiar por morir de Covid-19 y no le
permiten velar a su ser querido. Es esa Petare que está soñando en ser libre y
materializando sus ideas en su lucha diaria por seguir vivo.
@ZonaD_Descarga
Tomado de
https://www.aporrea.org/actualidad/a293754.html
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